miércoles, 22 de septiembre de 2010

Rolando Sativa y Susana Valium. [Parte 1]

Hermosillo dejó de ser lo que era algunas décadas atrás. Nuestra historia se sitúa en lo que ahora es la capital de la unión Sonora-Chihuahua en el año 2056.

Rolando Sativa siempre había mantenido un pérfil bajo en la sociedad tan ya deteriorada, no formaba parte de los vándalos de la metropolis, los cuales constituían un 75% de la población ni tampoco de los conservadores o fílantropos de "la clase alta". Rolando iba por la vida como un barquillo de papel en el arrollo de la lluvia de antaño (o sea, aún no lluvia ácida).

El problema en su entumido cerebro nació el día en que se enamoró de la chica de enfrente. Los edificios eran grises y de la mayoría escurría oxido de las protecciones en ventanas y puertas pero la belleza de la chica que solía desnudarse por las noches y exponerse ante el ventanal en una actitud despreocupada le daba a Rolando una visión alucinatoria de un cielo azul, el cuál era casi negro desde el 2020.

Susana Valium era su nombre. Rolando había descubierto el nombre de su princesa moderna husmeando en su correo, esto no era un problema ni un délito a considerar en tiempos actuales pues había cosas más "importantes" de qué preocuparse, así que Sativa pudo hacerlo a la hora que se le dio la gana. Susana parecía ser una mujer sencilla, nada exigente a la hora de darle oportunidad a un hombre pero Rolando era demasiado introvertido, demasiado torpe; aunque contaba con una inteligencia brillante ésta era bastante inusual y demostrarla al mundo le parecía algo más que imposible.

Cuando Sativa se graduó de sus estudios, se dispuso a buscar trabajo, lo cuál era bastante competido y unas 500 veces más díficil de conseguir que en los tiempos de sus abuelos (por allá del 2000). Rolando contaba con un hermoso pero barato título de Licenciado en Administración. Su búsqueda duró tres años y cuando estaba a punto de tener éxito por una pequeña oleada de suerte, su padre, el cuál trabajaba como carnicero falleció y para pagar deudas de muerte, Rolando tuvo que seguir con el negocio de la carne, el negocio de la peste y las moscas de ojos grandes.

Un hombre en la posición de Rolando estaba bastante lejos de una esperanza con Susana Valium.

Nuestro personaje despertaba todas las noches sudando: casi siempre eran los pechos tan perfectos y blancos de Susana los que aparecían en sus sueños pero también se presentaban sus labios rojos, sus ojos azules o su cuello tan suave como la seda. Rolando estaba a punto de volverse loco, la única vez que trató de hablar con Susana fue un rotundo fracaso, el hedor a carne vieja, las moscas revoloteando, su angosta frente sudada, su uniceja, el tartamudeo constante y la mirada de un pervertido amateur terminaron por derribar lo que ni siquiera existía entre ambos. Posiblemente el perro sarnoso que tenía por mascota y se la vivía en la carnicería hubiese tenido más suerte.

Asqueado de sí mismo, Rolando comenzó a sentir con lujuria el odio reprimido que yacía en él desde que este mundo de mierda comenzó a frustrar cada uno de sus deseos y anhelos por más simples que estos fueran.

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2 meses con 5 días y 18 horas luego del "accidente":
Rolando esperó a que Susan Valium saliera del Bar "Nalgas irritadas" en el cuál trabajaba como mesera, la gabardina que Rolando usaba no lo hacían notarse más ni lo hacían notarse menos; todos en el 2056 eran iguales, todos eran vagos, enfermos, idiotas, drogadictos, degenerados o putas.

-- Esta historia continuará... --

2 comentarios:

GILBERTO dijo...

YA QUIERO QUE SALGA LA SEGUNDA PARTE!!! D:

El Cristal dijo...

Jajajaja, gracias hulkie... espero sacarla pronto ;D !

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