martes, 14 de septiembre de 2010

Mentiras.

Mentira es sinónimo de ser humano. Mentir es sinónimo de supervivencia.

Aunque las mentiras nos representen falta de respeto, corazones rotos y pérdida de confianza también son tácticas para poder escalar peldaños, mantenerte fuerte y resaltar entre los demás. Siempre y cuando no se mienta sólo por mentir y por sentir satisfacción por las historias ficticias que estás contando que, según tú, te engrandecen como persona aunque en realidad te estás hundiendo.

Detente un poco a pensar al final del día y resumete a ti mismo qué mentiras dijiste, cuántas, cuáles de ellas valían la pena y con cuales sentiste placer. Así, no hay más: El mundo está regido por mentiras; la gente en el poder, las relaciones "amorosas" e incluso nos mentimos a nosotros mismos para apaciguar pensamientos de culpa o motivarnos a seguir cuando nuestra autoestima está por los suelos.

----------------------------------------------------------------------------

La locura de Juan radicó principalmente en el amor que tenía por mentir, la satisfacción que le provocaba contarle a sus amigos todo aquello que hizo en sus vacaciones: Viajar por el mundo, tener sexo con multiples mujeres a la vez, conocer a su rockstar favorito y tener una noche de juerga, alcohol, drogas y la mejor comida de su vida con el personaje en cuestión para terminar al día siguiente montando un avestruz y disparando a un narcotraficante de origen oriental; era casi orgasmica.

Lo penoso del asunto es que Juan ni siquiera trabaja, llegó a trabajar un par de meses vendiendo Hot Dogs pero esto apenas le daba para comer y sobrevivir el diario. Juan no es muy inteligente, no puede realizar una suma de dos números de dos dígitos sin ayuda de su calculadora marca Printaform ni tampoco puede recitar el trabalenguas de Pepe pica papas con un pico. Juan no sabe usar la mentira para bien. Al transcurrir su vida su mente fantasiosa lo ha hecho tener una mirada avíspada, reluciente, todo aquello parece hacernos creer que Juan dice la verdad pero al conversar con él más de 15 minutos te dan ganas, una de dos: de destapar una botella de tequila y empinartela hasta que se acabe y quizás caer dormido o golpear a Juan con todas tus fuerzas y hacer que se trague sus dientes, su sangre y sus mentiras de cuarta de una vez por todas.

Él no medita las mentiras que dice, de hecho, él no sabe distinguir entre lo real de lo ficticio. J. sólo se preocupa por engrandecer a su pequeña persona con una mentira cada vez más grave, cada vez más separada del mundo real, de lo que los oídos de las personas circundantes puedan llegar a considerar como cierto. Es triste para las personas que le llegamos a tener cierto afecto, aunque sea un mentiroso de mierda, ver cómo se hunde cada vez, como se ahorca con lo que se ha convertido en el único pasatiempo de J., ver cómo se cree lo que dice, lo que piensa, lo que jamás ha hecho y jamás hará.

-Fraude.-

Juan duerme en una banquita de la plaza de la pistola. Él cree que se hospeda en el Burj al Arab.


Juan no tiene relaciones ni con su mano. Él jura tener de pareja a Eva Green.


Juan no tiene dinero. Jura ser el socio mayoritario de Telcel y Microsoft.


Juan perdió las piernas en un accidente. Su mente pisa el acelerador a fondo de su Camaro 2010 todos los días...

Juan no supo usar la mentira para bien.

Hawaii & Mas