martes, 19 de octubre de 2010

La sonrisa que se dibujó en la pared.

La sonrisa que se dibujó en la pared tras el acontecimiento sangriento del pasado 16 no era más que una de las consecuencias de los actos irracionales que mi contra-mente llevó a cabo y ahora no recuerdo. ¿Por qué mis neuronas hacen corto circuito cada que se les antoja?

No es que la sonrisa que se dibujó en la pared sea fosforescente, pero por las noches se dibuja con más intensidad, es como si el rojo se tornara negro liláceo y a veces, sólo a veces, pasa que la sonrisa se contrae y abre como en forma de burla. Esto me recuerda a esas máscaras características del carnaval... Sé que no es algo bueno, la cara sonriente no tiene nada de bondad pero su toque de lujuria me parece gracioso y excitante, es como tener a una compañera sexual dispuesta a lo que sea cuando sea; já... mejor me callo.

La sonrisa me vigila en todo lo que hago, nunca deja de sonreir mas esto no significa que siempre esté contenta o a gusto pues las sonrisas engañan, las sonrisas son tácticas viles de sobresalir, sobrevivir, de falsedad y desarrollo de nuestras personas en el mundo moderno.

El acontecimiento del día 16 no es recordado por la parte de mi cerebro que vive más horas de la semana pero recordarlo me hace sentir la piel de gallina y la entrepierna caliente.

Hawaii & Mas