Más allá del hecho artístico o musical el heavy metal en muchos aspectos representa para sus seguidores (metaleros) una forma de vida o como poco una actitud.
Dicha actitud se refleja además de en la vestimenta en una forma de hablar (donde impera mucho vocabulario musical y técnico acerca de los instrumentos típicos de una banda de heavy metal, calidad sonora, etc.
Dentro de esa postura podríamos añadir un increíble elenco de gestos, posturas y simbología (lenguaje no verbal) como puede ser el distintivo símbolo de la mano cornuta: dedos índice y meñique estirados, recogiendo los dedos corazón, pulgar y anular. Dicho gesto parece que fue extendido por Ronnie James Dio durante su época con Black Sabbath, quien copió el gesto que utilizaba su abuela para ahuyentar los malos espíritus. Gene Simmons, bajista y vocalista de Kiss, también se atribuye el ser el primero en hacer el gesto durante un concierto. Y se puede apreciar en la portada del Love Gun de 1977
Otra serie de patrones gestuales pueden ser sacudir la cabeza (independientemente de la longitud del cabello) al ritmo de la música. Dicho gesto ha producido el término "HeadBanger" (sacudidor de cabeza) que define típicamente al fan de heavy metal sacudiendo la cabeza en primera línea de un concierto. Alice Cooper define al Headbanger como un místico que se autoinduce un estado de trance excitado. Otro tipo de gestos aparecen de la mano de la música. Aunque poco bailable, la música heavy metal conlleva una serie de movimientos que dan lugar a un rudimentario tipo de baile conocido como "slam". Dentro de este tipo de gestos el más común es hacer que se toca un instrumento (típicamente la guitarra) en un gesto que se ha dado en llamar "Air Guitar", a partir de una idea vista como ridícula que aparece en el video Breaking the Law de Judas Priest, donde un guardia de seguridad interpreta el solo de guitarra en una guitarra de cartón burdamente confeccionada.
Lejos ha quedado la imagen de seguidor de heavy metal en países como España a principios de los 80 como una persona drogodependiente, marginal y peligrosa. El seguidor de heavy metal en su actitud más íntima es una persona con un gran sentimiento de compañerismo y de pertenencia a un grupo social que vive por y para la música metal. Gran conocedor de los detalles teóricos y técnicos que definen el sonido característico de sus grupos favoritos tanto a nivel musical-instrumental, como vocal e incluso de puesta en escena, hereda actitudes de décadas pasadas como el ecologismo y la libertad romántica, en algunos casos la afición a las motocicletas y es entusiasta de las reuniones multitudinarias con sus semejantes en conciertos y festivales (que pueden ser al aire libre en contacto con la naturaleza).
El heavy metal realmente produce una conmoción íntima al verdadero seguidor de este tipo de música. En un concierto de heavy metal se explota dicho sentimiento hasta la catarsis. Es conocido que muchos grupos de otros géneros de música moderna tienden a endurecer sus "performances" como un fiel reflejo de lo que el heavy consigue en directo. Apoyando el contundente sonido propio del género tenemos una gran variedad de efectos visuales que van desde la luminotecnia pasando por desfiles de motocicletas en el escenario.
Muchos elementos propios y ajenos al heavy metal aparecen rodeados de un halo de violencia a ojos del profano. K.K. Downing, guitarrista de Judas Priest, alaba positivamente la energía y dinámica que despide el metal como terapia revitalizante para los jóvenes. Los conciertos de heavy metal son en su mayoría, según muchos, espectáculos inolvidables donde se demuestra toda la energía y actitud interpretes-espectadores.
articulorobadotomado de otro blog para difusión.
Dicha actitud se refleja además de en la vestimenta en una forma de hablar (donde impera mucho vocabulario musical y técnico acerca de los instrumentos típicos de una banda de heavy metal, calidad sonora, etc.
Dentro de esa postura podríamos añadir un increíble elenco de gestos, posturas y simbología (lenguaje no verbal) como puede ser el distintivo símbolo de la mano cornuta: dedos índice y meñique estirados, recogiendo los dedos corazón, pulgar y anular. Dicho gesto parece que fue extendido por Ronnie James Dio durante su época con Black Sabbath, quien copió el gesto que utilizaba su abuela para ahuyentar los malos espíritus. Gene Simmons, bajista y vocalista de Kiss, también se atribuye el ser el primero en hacer el gesto durante un concierto. Y se puede apreciar en la portada del Love Gun de 1977
Otra serie de patrones gestuales pueden ser sacudir la cabeza (independientemente de la longitud del cabello) al ritmo de la música. Dicho gesto ha producido el término "HeadBanger" (sacudidor de cabeza) que define típicamente al fan de heavy metal sacudiendo la cabeza en primera línea de un concierto. Alice Cooper define al Headbanger como un místico que se autoinduce un estado de trance excitado. Otro tipo de gestos aparecen de la mano de la música. Aunque poco bailable, la música heavy metal conlleva una serie de movimientos que dan lugar a un rudimentario tipo de baile conocido como "slam". Dentro de este tipo de gestos el más común es hacer que se toca un instrumento (típicamente la guitarra) en un gesto que se ha dado en llamar "Air Guitar", a partir de una idea vista como ridícula que aparece en el video Breaking the Law de Judas Priest, donde un guardia de seguridad interpreta el solo de guitarra en una guitarra de cartón burdamente confeccionada.
Lejos ha quedado la imagen de seguidor de heavy metal en países como España a principios de los 80 como una persona drogodependiente, marginal y peligrosa. El seguidor de heavy metal en su actitud más íntima es una persona con un gran sentimiento de compañerismo y de pertenencia a un grupo social que vive por y para la música metal. Gran conocedor de los detalles teóricos y técnicos que definen el sonido característico de sus grupos favoritos tanto a nivel musical-instrumental, como vocal e incluso de puesta en escena, hereda actitudes de décadas pasadas como el ecologismo y la libertad romántica, en algunos casos la afición a las motocicletas y es entusiasta de las reuniones multitudinarias con sus semejantes en conciertos y festivales (que pueden ser al aire libre en contacto con la naturaleza).
El heavy metal realmente produce una conmoción íntima al verdadero seguidor de este tipo de música. En un concierto de heavy metal se explota dicho sentimiento hasta la catarsis. Es conocido que muchos grupos de otros géneros de música moderna tienden a endurecer sus "performances" como un fiel reflejo de lo que el heavy consigue en directo. Apoyando el contundente sonido propio del género tenemos una gran variedad de efectos visuales que van desde la luminotecnia pasando por desfiles de motocicletas en el escenario.
Muchos elementos propios y ajenos al heavy metal aparecen rodeados de un halo de violencia a ojos del profano. K.K. Downing, guitarrista de Judas Priest, alaba positivamente la energía y dinámica que despide el metal como terapia revitalizante para los jóvenes. Los conciertos de heavy metal son en su mayoría, según muchos, espectáculos inolvidables donde se demuestra toda la energía y actitud interpretes-espectadores.
articulorobadotomado de otro blog para difusión.
1 comentario:
que buen conosedor de lo que significa este genero no respeteado por los demas
espero que algun dia lo agan
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