
Cuando el domingo grita como corrido que el sábado se esfumó y que la semana se acerca me pongo a pensar en el poder que pueden tener los acordes bien acomodados de una buena canción y el cómo una materia dada de baja es dinero perdido a la basura.
Cuando yo era joven los domingos eran cálidos, ahora son más calientes, cuando yo era viejo no dejaron de ser azules y purpuras con tintes de café colgate. Cuando yo fui el Cristal por primera vez, la psicodelia me hizo ver al domingo como un día superior y sorprendente.
Yo soy yo, tú eres tú, yo soy yo.... tú eres tú... yo soy el Cristal.
El Domingo es Domingo y nada más.
Saludos ;D!