Hay una diferencia abismal entre tú, mi querido lector y todos aquellos que jamás han visitado Hawaiimas. Como se mencionó en alguno de los apartados especiales/espaciales que quedaron en el pasado de esta organización no-lucrativa (desafortunadamente), Hawaiimas tiene un poder extraño y crudo sobre la mente de su audiencia. Resulta que a pequeña señal, la mayoría de las neuronas que quedan relegadas en un cerebro promedio, en el visitante de hawaiimas se crean vínculos fuertes, incapaces de ser deteriorados por ningún factor.
Estas neuronas ayudan al Hawaiimense que nos lee con frecuencia a incrementar su imaginación, ver las cosas e una forma más ácida o "viaje" sin necesidad de recurrir a ninguna sustancia. Poco a poco, aunque cada mente reacciona de manera distinta, la genética cambia y los hijos y hasta nietos de nuestros lectores heredaran lo que llamamos "síndrome del cerebro volátil". Todo esto, lo hacemos los administradores con fines científicos y en busca de un mundo mejor, más trippy y menos violento.