Todo sucedió tan rápido: apenas pude semiparpadear cuando los asesinatos múltiples ocurrieron. La sangre color verde llenó las alcantarillas de un arcoiris de felicidad y ustedes los lectores fueron intoxicados por camarones con relleno sabor frambuesa sin semillas. Es entonces cuando expreso mi desconcierto ante los restaurantes de Guaymas, Son. y la falta de tacos de tripitas para el antojo conocedor.
No es fácil dejar de asesinar a alguien cuando se odia, se ama o se ignora a esta persona; pero sí es fácil jugar al piedra, papel y tijeras. Cuando el infortunio explosivo del amanecer fortuito y casi extinto por el sobrecalentamiento global y el acortamiento de nuestros días en base a los terribles temblores que se dieron hace apenas unos meses nos ponen la piel de gallina y hacen que Hawaiimas se aferre más a la existencia de aliens alienigenas parientes de extraterrestres que planean controlar la sobrepoblación mundial basandose en el negrito en el arroz pasa lo que pasa y jamás pasó pero pasará.
Ahh qué recuerdos aquellos del árbitro de tez oscura... qué recuerdos... qué recuerdos...
Y bien, de qué estaba hablando?
Saludos.