jueves, 15 de abril de 2010

El atroz efecto del deseo sexual (cuando éste no debe presentarse)


Pese a que nuestro cerebro (el de los hombres) contrasta gravemente con el de las hermosas féminas, algo está por seguro. Las consecuencias del deseo sexual hacia personas que no son tu pareja o son un ser tan allegado mas no de forma "cariñosa" pueden llegar a ser graves; nuestras mentes se confunden creando así un déficit en el raciocinio característico del ya tan afamado homo sapiens, el cual hace que las cosas "se vayan a la basura".

Tenemos que admitir que vivimos en un mundo lamentablemente dominado, por el sexo y el dinero, ganando por una nariz, a mi opinión... el primero antes mencionado. Nuestra cabeza dice que no, cuando el cuerpo y los genitales dicen que sí o viceversa, luego viene la cruda moral (anexo #4) y se nos viene el mundo abajo, el enamoramiento dura 4 años pero el calentamiento (no global en este caso) nos dura para siempre, incluso cuando llega la edad en que somos incapaces de levantar nuestras espadas sea cual sea la motivación.

Quizás a nosotros como hombres nos importe un bledo echar una cana al aire, un palo casual con quien sea y cuando sea, pero al escuchar a amigas y no-tan-amigas me doy cuenta de que en ellas el asunto tiene mayor peso, cayendo así en la redundancia del ser o no ser, o en otras palabras COGER O NO COGER. No pido que se pongan hielo en las partes alteradas pero por favor, usen un poquito la cabeza antes de actuar y luego andar batallando con el tema taladrante en sus cerebros.

Porque todo. Todo se puede ir directo a la basura.

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